Descripción
En cada rincón de este riachuelo en el Parque de los Nevados se refleja la perfección de la creación divina: un susurro de agua que fluye con delicadeza, como si cada gota fuera un verso escrito por la mano de Dios. La belleza en su simplicidad nos recuerda que todo en este mundo tiene un propósito y una armonía que solo Él puede diseñar.